Trucos para alargar la vida del motor de un coche

Que se rompa el motor es la pesadilla de cualquier conductor. Este tipo de averías son siempre muy caras de reparar, por lo que siempre es interesante conocer algunos pequeños consejos que pueden ayudar a alargar la vida del bloque propulsor. Allá van cuatro trucos que se pueden poner en práctica en el día a día para evitar la aparición de daños graves en el motor.

Respetar el calentamiento

Acelerar a fondo con el motor todavía frío, justo después de arrancar, es muy perjudicial porque la bomba de aceite necesita un poco de tiempo para lograr que el aceite llegue a lubricar todas las partes del motor. Además, tanto el aceite como el motor es mejor que suban de temperatura paulatinamente.

La recomendación general puede ser conducir por debajo de las 2.500 rpm en los coches diésel y de las 3.000 rpm en los gasolina, durante los primeros cinco o diez minutos después de arrancar.

Utilizar el motor de gasolina en los coches electrificados

En los coches híbridos puros y en los híbridos enchufables es recomendable evitar que la gasolina quede inmovilizada durante demasiado tiempo en el motor de combustión. Piensa que el combustible se degrada a partir de los seis meses, y esto puede provocar daños en el sistema de inyección.

Para las personas que suelen realizar todos sus trayectos en modo cero emisiones es recomendable que carguen tan solo 10 litros de gasolina o diésel y se aseguren de que los consumen cada dos o tres meses.

Repostar antes de llegar a la reserva

A todos nos ocurre a veces. No pasa nada por entrar en la reserva de vez en cuando. Sin embargo, hacerlo de manera habitual puede hacer que las impurezas del combustible lleguen al sistema de inyección. Esto puede acabar fácilmente en una rotura del inyector de gasolina o la bomba en un diésel.

Una buena práctica es acostumbrarse a repostar siempre cuando todavía queda aproximadamente un cuarto de depósito. También es aconsejable realizar un cambio del filtro de combustible según el calendario recomendado por el fabricante o, si no lo especifica, como mínimo cada 60.000 kilómetros.

Respetar el período de enfriamiento

Después de un trayecto largo por carretera o tras subir un exigente puerto de montaña, no es bueno detener el motor de golpe. Aunque ya estemos parados, tan solo manteniendo el coche durante un minuto al ralentí al finalizar el desplazamiento logramos una mejor refrigeración y lubricación del motor. De esta manera la bomba de aceite y la bomba de agua siguen en funcionamiento, el aceite y el anticongelante siguen circulando y ayudan a rebajar la temperatura del motor.

Esta es una práctica recomendable incluso en el caso de los modelos que cuentan con bombas eléctricas que siguen funcionando incluso con el motor parado. La vida útil del motor de nuestro coche lo agradecerá.

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