Qué problemas mecánicos aparecen en los coches que se usan para trayectos cortos

A la hora de hacer una revisión, el mantenimiento o para solucionar alguna avería en el vehículo, es importante tener en cuenta cuál es el uso que se le da. Porque la mecánica no sufre de la misma manera si el vehículo recorre cada día decenas de kilómetros por autopista que si solo realiza pequeños desplazamientos urbanos.

En este artículo vamos a centrarnos en cuáles son los problemas que aparecen de forma más frecuente en los coches que se utilizan sobre todo para cubrir trayectos cortos en ciudad.

Circular en ciudad desgasta más la mecánica que circular en carretera abierta

Si comparamos dos coches del mismo modelo con una edad y kilometraje similares, el que haya circulado de manera habitual por carreteras abierta presentará siempre mejores condiciones mecánicas que el que haya circulado sobre todo por ciudad y a poca velocidad. Los trayectos urbanos frecuentes de menos de diez kilómetros aceleran el desgaste de los componentes y aumentan el consumo de combustible del bloque motor.

Riesgos de un coche que circula solo en pequeños trayectos urbanos

Degradación rápida del aceite lubricante

Al estar en marcha solo durante breves períodos de tiempo, el motor no llega a alcanzar su temperatura ideal de funcionamiento. Esto hace que el combustible y la humedad por condensación que se depositan en el cárter no lleguen a evaporarse del todo, lo que degrada más rápido el aceite. Por este motivo es aconsejable cambiar el lubricante más a menudo en los coches que se utilizan sobre todo en trayectos cortos, para evitar que se acaben desgastando las partes móviles del motor y la transmisión.

Descarga de la batería

La batería es la encargada de suministrar la energía necesaria para arrancar el coche y poner en marcha algunos de sus sistemas imprescindibles. En condiciones de funcionamiento ideales, después de este esfuerzo recupera paulatinamente su carga con la energía cinética generada por el coche mientras está en marcha. Sin embargo, si los desplazamientos son sistemáticamente breves la batería acaba funcionando siempre con una carga baja y viéndose obligada a realizar un sobreesfuerzo que acorta su vida útil. Su avería es solo cuestión de tiempo.

Oxidación del sistema de escape

Este es otro problema derivado del hecho de que el motor no alcanza su temperatura ideal de funcionamiento. La humedad que se acumula en el sistema de escape no llega a eliminarse del todo y puede acabar generando oxidación interna en los tubos y silenciosos. 

Los más afectados por este deterioro son los coches de motor diésel, ya que este tipo de propulsores tardan más en calentarse que los de gasolina. El problema es incluso más acusado en las mecánicas de gasóleo más modernas, que necesitan alcanzar una temperatura todavía más elevada en sus sistemas de depuración de gases y partículas sólidas. Sus catalizadores del escape necesitan superar los 600ºC, una temperatura que es imposible de alcanzar en un trayecto de pocos minutos.

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