Cuáles son las piezas del coche que más sufren con las temperaturas extremas

Tanto el calor excesivo del verano como el frío del invierno afectan negativamente a los automóviles. Cualquier vehículo está compuesto de una gran variedad de piezas, elementos y materiales que reaccionan de diferente manera a los cambios de temperatura. En este artículo repasamos cuáles son los que más sufren con las temperaturas extremas.

Descargas bruscas en el nivel de la batería

Es un dato bien conocido que las baterías tienden a descargarse con el frío. Sin embargo, es menos sabido que también el calor las afecta. Su rango de funcionamiento ideal suele oscilar entre los 5ºC y los 28ºC, y cualquier temperatura por encima o por debajo puede deparar sorpresas desagradables. Para evitarlas, asegúrate de mantener los bornes limpios y bien conectados.

Desgaste y problemas de agarre en los neumáticos

Al rodar con temperaturas muy altas los neumáticos deben afrontar un nivel de abrasión alto que los puede desgastar rápidamente. También el invierno presenta sus propias complicaciones, puesto que para circular con seguridad en condiciones de lluvia, nieve y hielo puede ser necesario montar unos neumáticos específicos para los meses de invierno. Si en tu zona la amplitud térmica no es tan grande, los neumáticos All Season son una opción recomendable para todo el año.

Rotura de las escobillas limpiaparabrisas

Las escobillas limpiaparabrisas son un elemento esencial para mantener una buena visibilidad y, por lo tanto, para la seguridad del coche. Por este motivo hay que limpiarlas regularmente y reemplazarlas tan pronto como veamos que pierden eficacia. En invierno sus materiales pueden agrietarse con el frío, y en verano pueden verse afectadas por las nubes de polvo seco.

Agua congelada en las pastillas y discos de freno

En este caso estamos ante un elemento que sufre sobre todo con el frío. Las bajas temperaturas pueden llegar a congelar el agua en pastillas y discos y acabar provocando situaciones de gran riesgo. Revisa regularmente el estado de los frenos y el líquido de frenos para garantizar un rendimiento óptimo.

Fallos en el sistema de refrigeración

El frío o el calor extremo pueden ocasionar problemas en el sistema de refrigeración que acaben provocando averías graves en el motor. Para evitarlo, asegúrate siempre de que el líquido refrigerante se mantiene en un nivel adecuado y tiene la proporción óptima de anticongelante para evitar daños por congelación.

Condensación en el interior del sistema de alumbrado

En los modelos más antiguos la humedad puede infiltrarse en el sistema de iluminación y provocar problemas de condensación. Revisa regularmente el estado de los faros para evitar problemas de visibilidad.

En definitiva, proteger los coches de los cambios bruscos de temperatura es fundamental para mantenerlos en buen estado y garantizar la seguridad en la carretera. Por suerte, con un mantenimiento regular y atención a los componentes clave, puedes evitar averías costosas y situaciones potencialmente peligrosas.

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