La implantación de la movilidad sostenible y los retos que plantea

Las diferentes fases de la movilidad sostenible ya han empezado a instaurarse en nuestra sociedad. Con la paulatina implantación de escenarios de reducción de emisiones en las grandes ciudades, la industria de la automoción inicia un proceso de cambio de paradigma.

Según un estudio de Grant Thorton y la Fundación Ibercaja, “más de siete de cada diez directivos del automóvil consideran que, en aproximadamente diez años, los híbridos enchufables y los vehículos 100% eléctricos serán los que gocen de mayor implantación en nuestro país”.

Lo mismo opinan los responsables de las flotas profesionales. Así, según un estudio elaborado por Geotab y la Asociación Española de Gestores de Flotas y Movilidad (Aegfa), “siete de cada diez vehículos de las flotas de empresas españolas serán eléctricos antes de diez años”.

Tres son los principales beneficios de la movilidad eléctrica:

• Impacto positivo para el medio ambiente.
• Reducción de emisiones respecto a vehículos con motores de combustión, especialmente aquellos previos a las normas Euro 3.
• Incentivos ofrecidos por las administraciones públicas.

Con estos datos, es lógico indicar que los talleres de automoción y recambistas deberán adaptarse al nuevo paradigma, donde la electrificación de los vehículos continuará ganando protagonismo. Para ello será necesario adaptar las herramientas, incorporar mayor tecnología en el taller y realizar formaciones de personal especializadas en los vehículos de nuevo generación.

La movilidad eléctrica y autónoma, los retos a corto y medio plazo

La movilidad sostenible tiene en los entes públicos a uno de sus motores principales. No en vano, las flotas gestionadas por la administración pública seguirán aumentando la cuota de vehículos de bajas emisiones (coches, furgonetas, camiones y autobuses eléctricos, híbridos y de gas).

Este crecimiento deberá ir de la mano de avances tales como las necesarias infraestructuras públicas de recarga. El desarrollo tecnológico se está acelerando, y los talleres deben asegurarse de ponerse al día según las necesidades del mercado.

Además, la transición energética vendrá acompañada de la revolución de la conducción autónoma. Así, según los estudios citados anteriormente, “más del 50% de directivos del sector automovilístico sitúan al coche autónomo como una realidad en España en menos de una década”.

En este campo será clave la apuesta por las redes avanzadas de conectividad, en especial el 5G.

Los vehículos de gasolina y diésel no dejarán de evolucionar

Paralelamente a este escenario, los vehículos de combustión (diésel y gasolina) seguirán circulando por nuestras calles durante muchos años, especialmente los que incorporan mecánicas de última generación.

Los fabricantes están trabajando en reducir las emisiones de sus motores. Un ejemplo son los coches diésel nuevos que contaminan hasta un 84% menos que los vehículos de gasoil con más de 15 años. Lo mismo ocurre con la gasolina en los vehículos que cumplen con las normativas Euro 6.

En resumen, la industria de la automoción deberá entender cuáles son los retos a los que se enfrenta la sociedad en los próximos años, y empezar a evolucionar en este sentido. Esta será la única manera de continuar siendo competitivos en el futuro, donde la tecnología y la eficiencia tendrán un papel protagonista.

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