Cómo elegir el motor de coche según sus prestaciones
- abril 24, 2017
- Mecánica
Entre las decisiones que debe tomar un conductor cuando adquiere su nuevo vehículo, la mecánica del automóvil es sin duda una de las más importantes. Así, de las prestaciones, la arquitectura y las tecnologías incorporadas por el propulsor dependerán su idoneidad para el uso diario y el consumo de combustible.
Si recientemente explicábamos en un reportaje cómo elegir el motor de coche perfecto según su uso, en esta segunda parte nos centramos en los aspectos técnicos que pueden afectar a la toma de esta importante decisión.
¿Qué prestaciones necesitamos?
Los motores Diésel, por propia concepción, ofrecen menos potencia específica y más par motor que los motores de gasolina de igual cilindrada. Aunque en la actualidad, gracias a elementos como el Turbo, los Compresores y otras tecnologías, estas diferencias se pueden ver reducidas.
Centrándonos en las prestaciones para definir la compra de un vehículo, debemos tener clara una cosa: más vale que sobre potencia, que no que falte. En otras palabras, un motor muy potente siempre puede conducirse tranquilamente, mientras que un motor justo de potencia no podrá ir más deprisa de lo que da de si. Es por este motivo que, en caso de duda, siempre es preferible un motor de mayores prestaciones, tanto por seguridad en los adelantamientos, como para anticipar futuras necesidades (como viajar con carga o con un remolque).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la cilindrada del vehículo, que aunque no está directamente relacionada con la potencia específica, si lo está con el Par Motor. A más cilindrada más Par Motor, y a más Par Motor, mayor capacidad para mover peso. Es por este motivo que, según el tipo de coche del que se trate, será mejor una cilindrada u otra. En caso de tratarse de un utilitario urbano, una cilindrada pequeña nos permitirá unas prestaciones suficientes para su uso con un consumo muy contenido. Por el contrario, si se trata de un SUV de 7 plazas que se acerca a las 2,5 toneladas, la mejor elección será la mayor cilindrada posible, para disponer de un motor capaz de mover semejante el conjunto.
¿Cómo afecta la arquitectura del motor?
En este apartado nos centramos en la construcción y diseño del motor, así como en su situación en el vehículo. Dentro de los distintos tipos de motor, distinguimos:
- Motores en Línea, con los cilindros situados uno detrás del otro, hasta un máximo de 6 cilindros, para evitar torsiones que acabarían con el cigüeñal en décimas de segundo.
- Motores en V, con los cilindros situados en dos bancadas separadas por un ángulo que normalmente no pasa de 120º. Son mucho más compactos y pueden albergar numerosos cilindros, siendo comunes los motores V6, V8 y V12. Suelen ir asociados a altas prestaciones.
- Motores Boxer, con los cilindros opuestos a 180º y que también suelen ir asociados a altas prestaciones. Los más comunes son de 4 o 6 cilindros, son muy compactos y permiten rebajar el centro de gravedad notablemente respecto a otros tipos de motor.
- Motores VR, construcciones en V con los cilindros separados por un ángulo muy pequeño, que suelen dar buenas prestaciones pero altos consumos. Son una opción poco común en el mercado.
- Motores W, que como los VR, son una solución poco convencional, aunque muy efectiva. El motor W o wankel es rotativo, por lo que ofrece unas altísimas prestaciones con muy bajas cilindradas, a costa de un consumo alto de combustible y aceite, determinado por la propia naturaleza del motor. Con un correcto mantenimiento son altamente fiables y van asociados a coches deportivos.
Conociendo los pros y los contras de cada arquitectura de motor, elegiremos en función de nuestros deseos. Un motor en Línea siempre será más fiable al disponer de menos elementos, por lo que si prima la economía de uso, esta será la mejor opción.
Por contra, si priorizamos las prestaciones, nos decantaremos por otras arquitecturas de motor. Si el mantenimiento y la economía no son un factor importante, gozar de las prestaciones de un motor Wankel es un mundo de sensaciones únicas. Por otra parte, si se quiere aunar prestaciones y dulzura de funcionamiento, los motores en V son la mejor elección.
Tener en cuenta la tecnología que incorpora
Por último, tendremos en cuenta la tecnología que emplea el motor que queramos escoger. Este aspecto va directamente ligado a la antigüedad del motor, pues un motor más antiguo siempre será mucho menos tecnológico (o más simple) que uno más moderno.
Principalmente debido a las normativas Euro anticontaminación, los motores se han ido sofisticando hasta el extremo de estar sometidos al control electrónico de la práctica totalidad de sus elementos. Este aspecto, que resulta positivo para el desarrollo y el medio ambiente, repercute directamente en un mayor coste de mantenimiento y averías proporcionalmente más caras, debido a la sofisticación de los propulsores.
En este caso la economía de uso irá directamente ligada al desarrollo tecnológico del motor, primando aquellos motores más simples o que ya llevan unos años en el mercado y han demostrado contrastada fiabilidad.
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