Un correcto mantenimiento puede evitar muchas averías

Cuando se habla del mantenimiento del vehículo, en muchos casos los conductores solo piensan en el cambio de aceite y filtros, a lo sumo de pastillas de freno. Pero el mantenimiento de un vehículo va mucho más allá, y en cada revisión periódica se deben realizar una serie de comprobaciones que permitan solucionar temas aparentemente sencillos y poco importantes.

Porque en muchas ocasiones, ceñirse exclusivamente a tareas rutinarias como el cambio de aceite es un error, ya que no se detectan posibles averías o irregularidades que podrán provocar daños mayores a medio o largo plazo.

Por ejemplo, es frecuente que el mecánico se encuentre con fuelles o guardapolvos rotos y que no cumplen su función, que a corto plazo no implican ningún problema para el vehículo, pero a la larga las juntas homocinéticas de la transmisión o las rótulas de suspensión y dirección cogerán holgura y provocarán un mal funcionamiento del sistema, ruidos y finalmente, su rotura.

Si en la inspección se detectan rótulas o juntas homocinéticas con holguras también hay que sustituirlas, ya que tanto la suspensión como la dirección o la transmisión tendrán un funcionamiento impreciso y harán ruido al girar.

Siguiendo con la suspensión, es importante comprobar el estado de los amortiguadores, y sustituirlos si éstos presentan pérdidas exteriores de aceite. En cuanto a los neumáticos, es importante comprobar su estado real y fecha de fabricación, que la goma no se haya endurecido y presenten un correcto nivel de agarre.

Con el coche en alto, también deben comprobarse los rodamientos de las ruedas. Con el tiempo la humedad penetra dentro de las pistas y las bolas y las pica. Su mal estado provoca un ruido muy característico, además de ganar holguras que irán a mayores, llegando a poder perder la rueda. Hay que sustituir el rodamiento que presente el mínimo indicio de picado.

Otro de los males frecuentes en una inspección rutinaria es encontrarse con manguitos de aire, aceite o agua deteriorados. No suele ser un recambio caro y pueden ahorrar una avería de mucha importancia.

Asimismo, es importante sustituir periódicamente todos los fluidos del coche para prevenir que acumulen humedad. En el caso de los lubricantes y refrigerantes, es sumamente importante respetar las especificaciones del fabricante para garantizar un correcto y longevo funcionamiento de la mecánica.

En el caso de los todoterrenos más antiguos, muchos llevan engrasadores en las rótulas de suspensión, topes de dirección y crucetas y cardanes de transmisión. Una limpieza y engrase periódico es vital para asegurar su vida útil.

Finalmente, incluso en el exterior del vehículo se deben realizar comprobaciones, y sustituir si es necesario elementos como los limpiaparabrisas, para garantizar una correcta visibilidad en condiciones meteorológicas adversas. Por su parte, el correcto funcionamiento del sistema de alumbrado es también vital para ver y ser visto y evitar accidentes.

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