Frenos: todos los sistemas y materiales
- diciembre 30, 2020
- Recambios originales
Un sistema de frenos en buen estado es clave para garantizar la seguridad activa de un coche, por lo que es uno de los puntos vitales a comprobar en las revisiones periódicas.
El funcionamiento del sistema de frenos de un coche consiste en que al pisar el pedal del freno se activa una bomba hidráulica que envía el líquido de frenos hacia las pinzas, en cuyo interior se encuentran los pistones y las pastillas. La presión ejercida hace que pastillas hagan presión contra el disco de freno o tambor. Es esta fricción la que provoca el frenando las ruedas.
Tipos de frenos
Existen dos tipos de frenos principales, aunque hoy en día predominan ampliamente los frenos de disco en todo tipo de vehículos.
Frenos de tambor
Son los más baratos y duraderos, por lo que en los coches más modernos solo se utilizan en el eje trasero de algunos vehículos pequeños de gama media o baja. Los frenos de tambor o de campana están formados por un cilindro que gira con la rueda y dos bandas encargadas de ejercer la fricción en el interior del tambor. Estas bandas son en realidad dos chapas recubiertas de forros o ferodos de freno.
Frenos de disco
Aunque su funcionamiento es similar al de los frenos de una bicicleta, son los frenos más ligeros, sofisticados, modernos y eficientes. Es la tecnología dominante en la actualidad, pese a que los frenos de disco son más caros y tienen una vida media más corta que los de tambor. Las pastillas presionan en ambas caras del disco para frenar la rueda, consiguiendo una frenada enérgica y una óptima disipación del calor.
Tipos de pastillas de freno
Según el material de fabricación, podemos distinguir cuatro tipos:
- Semimetálicas: contienen entre un 30% y un 60% de elementos metálicos, normalmente polvo de cobre o hierro y lana de acero. Son las pastillas más duraderas y las que mejor soportan el calor.
- Orgánicas: se fabrican con fibra de vidrio, caucho, kevlar y carbono. Son muy polivalentes y funcionan de manera suave y silenciosa.
- Bajas en metal: son similares a las orgánicas, pero añaden entre un 10% y un 30% de elementos metálicos para mejorar la frenada y disipar mejor el calor.
- Cerámicas: para su fabricación se utilizan fibras cerámicas en combinación con agentes de unión y materiales no ferrosos. Son eficientes, silenciosas y limpias, pero también más caras.
Sustituir las pastillas de freno a tiempo alarga la vida del disco de freno. Cada cuánto hay que cambiar estos elementos depende en gran medida de los materiales y del estilo de conducción del cliente, pero varía entre los 40.000 y 120.000 kilómetros. Los discos duran entre 80.000 y 120.000 km.
Tipos de discos de freno
Los discos de freno suelen fabricarse en fundición gris nodular de grafito laminar, aunque también se utilizan el acero inoxidable y materiales ligeros como el aluminio, el titanio o carbono y la cerámica, estos últimos en el caso de los vehículos de competición.
Según su construcción, los de discos de freno pueden ser:
- Sólidos: su superficie es lisa y son los más habituales.
- Ventilados: con curvaturas que hacer circular el aire y disipan el calor con más eficiencia.
- Perforados: optan por los agujeros para evacuar el calor y reducir el peso.
- Rayados: para limpiar los restos acumulados de pastilla y evitar así la pérdida progresiva de la eficacia de frenado y los chirridos.
- Mixtos: combinan varios de estos sistemas.
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