Dirección asistida: qué es y por qué falla

A veces no somos muy conscientes de la enorme importancia que tiene la dirección asistida, precisamente porque esta es una tecnología que incorporan todos los coches actuales y la damos por descontada. Sin embargo, cuando este sistema falla y tenemos que mover la dirección sin ayuda, se hace dolorosamente evidente la enorme importancia que tiene para conducir y maniobrar de manera fácil, ágil y segura.

Tipos de dirección asistida

La dirección asistida reduce la fuerza (par de giro) que ha de ejercer el conductor sobre el volante de un coche para mover la dirección. Según la tecnología que utilice, existen diferentes tipos de dirección asistida:

• Hidráulica. Una bomba de accionamiento mecánico y un actuador generan energía y asisten el movimiento de las ruedas en función del giro del volante. Es una tecnología en desuso porque es pesada y consume demasiada energía. Otra desventaja es que los anillos de sellado del eje pueden ser propensos a las fugas y a menudo es necesario reemplazar el mecanismo de la dirección al completo.
• Electrohidráulica. Utiliza una bomba eléctrica independiente y tan solo funciona cuando es necesario, dado que la dirección no necesita asistencia cuando el vehículo circula en línea recta. Al estar controlada electrónicamente, puede generar una asistencia variable en función de la velocidad para hacer la conducción más cómoda. Ha sido la tecnología más común durante muchos años, porque consume menos recursos que la hidráulica y mantiene las sensaciones al volante.
• Eléctrica. Utiliza un motor eléctrico en la columna de dirección. Esta es una tecnología más compacta y ligera que las anteriores, por lo que también consume menos combustible. Su principal desventaja es que limita las sensaciones al volante y reduce prestaciones en los vehículos muy pesados.
• En la actualidad los modelos más avanzados utilizan un complejo sistema de cámaras, GPS, ESP, radares, ADAS y softwares que procesan miles de datos y se anticipan a las circunstancias. Por ejemplo, corrigiendo la trazada si detectan que el coche se aproxima a la línea que delimita el carril o incluso aparcando de manera autónoma.

Tipos de problemas con la dirección asistida

Pérdida de líquido

Las fugas son uno de los problemas más comunes de los sistemas de dirección asistida. Cuando el nivel de líquido baja puede notarse porque la bomba de dirección chirría y el coche deja la marca del líquido que gotea. En los casos más graves, la asistencia de la dirección pierde efectividad o simplemente deja de funcionar. El depósito de líquido de dirección asistida siempre tiene una varilla de medición unida a la tapa para comprobar el nivel cuando el motor está frío y cuando está caliente.

La falta de lubricación y las altas temperaturas del líquido acelera el desgaste de la bomba y puede acabar provocando un fallo total de la dirección asistida. Para solucionar este problema se puede cambiar la bomba o sellar la fuga.

Obstrucción del sistema

El desgaste de los componentes o un líquido de la dirección sucio pueden ocasionar una obstrucción en el sistema. La solución es hacer una purga.

Correa de accesorios agrietada o rota

En muchos vehículos las bombas de dirección asistida se impulsan por una correa conectada al cigüeñal del bloque, la correa de accesorios. Si ésta se encuentra en mal estado puede patinar y provocar una reducción de la presión del fluido, aumentando el esfuerzo necesario para mover la dirección.

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