Cómo mantener tus frenos en buen estado

Los problemas en el sistema de frenos son uno de los principales motivos por los que los coches no superan la ITV. Alrededor de un 25% de los vehículos que reciben una calificación “Desfavorable” en la inspección técnica presentan mal funcionamiento en el frenado.

Por supuesto, no se trata tan solo de un problema puramente burocrático. Unos frenos en mal estado suponen un grave déficit de seguridad para los ocupantes del vehículo y el resto de los usuarios de la vía. Por el contrario, un rendimiento óptimo de los frenos puede marcar la diferencia a la hora de evitar un accidente.

Un estilo de conducción suave alarga la vida útil de los frenos

Es normal que las pastillas y los discos de freno se desgasten con el uso y el paso del tiempo, pero algunos consejos de conducción contribuyen a alargar su vida útil y evitar que se desgasten demasiado rápido.

Por ejemplo, es recomendable adoptar un estilo de conducción suave y eficiente, sustituyendo las frenadas bruscas y agresivas por unas frenadas progresivas y, siempre que sea posible, aprovechando al máximo el freno motor. Un estilo de conducción más deportivo, frenando en el último momento, somete a los frenos a un mayor esfuerzo y desgaste.

Cómo detectar problemas en el sistema de frenado

Obviamente un sistema de frenos en mal estado alarga la distancia de frenado. Pero tal vez este no sea el primer síntoma que pueda notarse. Hay tres indicios que apuntan claramente a que existe un problema en los discos o pastillas:

• Vibraciones al pisar el pedal del freno. En este caso se debe descartar la posibilidad de que se deba a un desequilibrio de las ruedas.
• El pedal está demasiado duro. Es probable que estén dañados las pastillas, los discos de freno o el servofreno.
• El pedal está demasiado blando. En este caso, hay que comprobar el desgaste de las pastillas de freno y el estado del líquido de frenos. Posiblemente sea necesario sustituirlo.

Revisa tu coche y renueva los frenos cuando sea necesario

Seguro que ya lo haces. En las revisiones periódicas recomendadas por los fabricantes de los vehículos es imprescindible revisar el sistema de frenos y el estado de todos sus componentes. Toma nota del kilometraje de cada uno de ellos.

En el caso de las pastillas de freno, por ejemplo, es recomendable cambiarlas al menos cada 20.000 kilómetros recorridos. Los discos de freno delanteros pueden recorrer hasta 60.000 kilómetros, mientras que los traseros, que sufren menos desgaste, pueden llegar a los 120.000.

Cuando tengas que renovar elementos del sistema de frenos utiliza siempre recambios originales de primeras marcas recomendados por el fabricante. De esta manera obtendrás la máxima fiabilidad y seguridad a largo plazo. Al fin y al cabo, estos componentes van a acompañarlos durante miles de kilómetros. Y existe una gran diferencia entre circular con frenos seguros y de calidad y hacerlo con componentes de una calidad inferior.

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